por carlota elena
guerrero
La endorfina llamada también hormona de la felicidad por la alegría de vivir
que nos provoca, es una sustancia bioquímica natural que existe dentro de
nuestro cuerpo y cuya producción podemos propiciar a voluntad.
Nuestro cuerpo produce de manera natural esta hormona llamada “de la felicidad”. Ella es la responsable de aumentar nuestra alegría y bienestar, de hacernos sentir plenos y realizados, de disminuir el dolor y de fortalecer nuestro sistema inmunitario, entre otras cosas.
También cuando nos sentimos
felices y realizados, enamorados o durante el orgasmo, o ante un dolor físico
intenso, nuestro cuerpo empieza a segregar esta hormona de forma natural.
La razón por la cual esta hormona no es segregada continuamente y el cuerpo se
encarga de neutralizarla sistemáticamente es porque no sobreviviríamos mucho
tiempo en ese estado eufórico constante sin sentir dolor y sin percibir los
peligros que nos rodean.
Sabiendo ahora que estas hormonas de la felicidad existen en nuestro interior y están a nuestro alcance y disposición siempre, aprendamos a generarlas a voluntad.
Lo primero que deberemos hacer es solucionar en lo posible las situaciones conflictivas de nuestra vida: en el plano emocional, económico, familiar, problemas irresueltos con nosotros mismos, etc. Porque si no resolvemos las situaciones que nos dañan interiormente cualquier intento de nuestro organismo por producir endorfinas será anulado por nuestro estado de conciencia negativo.
Hay situaciones que son imposibles de cambiar o mejorar: una enfermedad propia
o de un ser querido, por ejemplo. Pero incluso en estas circunstancias debemos
encontrar un punto de reconciliación con el estado de las cosas que nos permita
verlas desde un ángulo optimista o por lo menos neutro y que no nos afecte
sustancialmente.
Para ello hay libros y
páginas web de autoayuda. La religión, o una filosofía oriental pueden ayudar
mucho también.
Si estamos ante situaciones que podemos cambiar, seamos valientes y hagámoslo:
nuestro cuerpo y nuestro bienestar lo agradecerán.
Dice una enseñanza china: "Ante un problema, si éste tiene
solución no es necesario afligirse y si no tiene solución ¡para qué
afligirse!"
Lo segundo será procurarnos
un estado físico óptimo. Si no estamos enfermos pero siempre andamos medio-mal
habrá que tomar medidas y realizar cambios en nuestra dieta y hábitos de vida
que nos devuelvan la salud. (Echarle un vistazo al blog de vida sana)
Un cuerpo limpio estará más dispuesto a producir endorfinas. Sobre todo es muy
importante mantener las vías de eliminación despejadas: piel, riñones y muy especialmente
los intestinos. El estreñimiento es nuestro peor enemigo en la búsqueda del
bienestar.
Ir al artículo: Cura
Natural del estreñimiento crónico.
Ahora que nos hemos procurado un medio óptimo es el momento de comenzar a
producir endorfinas a lo grande. Para ello debemos saber qué cosas las activan
y cuáles las obstaculizan:
1) Se
deben evitar las situaciones de estrés y preocupación. Distendernos,
relajarnos, meditar, oir música, etc. nos hacen generar endorfinas.
2) El
ejercicio físico moderado. Yo recomiendo la práctica del qi gong o el yoga ya que
actúan sobre las glándulas y la energía.
3) Procurarnos
una chispa de alegría ya sea a través del humor, leer u oir chistes, mirarnos
sonrientes al espejo, charlar con gente positiva y feliz, realizar aquellas
cosas que nos aporten satisfacción, hacer el amor con amor. La jardinería, la
carpintería, el aeromodelismo, la maquetería, etc. pueden hacernos sentir muy
bien.
4) Caminar
por la montaña o el mar, respirar aire fresco y puro.
5) Las
caricias y el masaje.
6) No
olvidar que la tristeza y el estrés hacen desaparecer las endorfinas.
7) Importante:
reconciliarnos con nosotros mismos y amarnos sobre todas las cosas: si no nos
amamos y respetamos a nosotros en primer lugar seremos incapaces de amar y
hacer felices a los demás. Una autoestima alta nos garantiza altos niveles de
endorfinas.
8) Y
por último: ver siempre el lado brillante de todas las cosas.
Alimentos que estimulan la
producción de endorfinas
Las frutas, los vegetales y los cereales integrales, la avena, la miel de
abejas son alimentos que provocan distensión y armonía. También son
aconsejables los productos derivados de la soja.
Las carnes, especialmente las carnes rojas, las grasas saturadas, los quesos,
el café, el alcohol, aumentan el estrés y disminuyen las endorfinas.
Observando a los animales veremos que las especies carnívoras son más agresivas
y las herbívoras son más pacíficas.
Los alimentos picantes estimulan la producción de endorfinas, parece ser que
por el dolor que provocan en la lengua y boca. (El dolor provoca la secreción
de endorfinas para mitigarlo).
El chocolate y la leche son buenos estimuladores de endorfinas.
Los alimentos que estimulan la producción de serotonina y melatonina también ayudan a la relajación y el bienestar.
La serotonina es un neurotransmisor que influye en forma directa sobre los estados depresivos. Si su nivel en sangre es alto, otorgan placer y sensación de bienestar, disminuyendo el deseo de comer harinas y dulces: buenos productores de esta hormona.
Alimentos que promueven la
serotonina:
En primer lugar los hidratos
de carbono que actúan de forma inmediata.
En segundo lugar los
alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que actúa de forma directa en la
producción de serotonina: los productos lácteos y los huevos son de los
alimentos que más contienen, seguidos de nueces, avellanas, almendras.
La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal y juega un papel clave en el mantenimiento de la salud y del bienestar en todas las fases de la vida. Esta hormona se produce naturalmente cuando nos exponemos a la luz, especialmente del sol y está muy relacionada a la producción de serotonina.
Para lograr una estimulación
en ambas hormonas es importante pasar las horas del día expuestos a la luz y
las horas de la noche en oscuridad. Es la forma como funciona la naturaleza y
nuestro organismo.
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