19 de diciembre de 2010

El poder curativo de la naturaleza                                          por carlota elena guerrero
El ser humano, al igual que el resto de los animales no ha evolucionado para perecer sino  para sobrevivir a pesar de las adversidades que le presenta el medio en el cual se desarrolla.
La naturaleza de la cual es parte le provee los medios necesarios para la supervivencia  alimentándolo y brindándole elementos con los cuales curarse de los daños que la vida en el mundo le ocasiona: heridas, picaduras, mordeduras, quebraduras, quemaduras, ataques de virus, bacterias, envenenamientos, etc.
 Los humanos primitivos al igual que los animales instintivamente sabían reconocer estos elementos curativos. A medida que se ha ido alejando de la naturaleza, el ser humano ha perdido este instinto que los animales aún conservan: habrán visto a un gato comer pasto para curar un vómito o a un perro abstenerse totalmente de alimentos durante uno ó dos días para curarse de algún mal; también los habrán visto lamerse las heridas (la saliva es muy antiséptica) o a un cerdo meter la barriga en el lodo después de una comida abundante. Se sabe también que cuando un animal tiene una herida o una quebradura mete la parte dañada en barro.
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