8 de diciembre de 2010

 por carlota elena guerrero
La oxigenación celular libera en la sangre, como producto de desecho, los llamados "radicales libres": unos átomos o moléculas "incompletos"  a los que les falta algún electrón.  Con el propósito de lograr su estabilidad electroquímica, estos "radicales libres" deambulan por la sangre buscando moléculas estables a las cuales robarles un electrón.
    Como es de imaginar, aquellas moléculas que se asocian a estos radicales libres cediéndoles sus electrones pierden su propia estabilidad, quedan incompletas y se convierten ellas mismas en "radicales libres" en busca de moléculas a las cuales robarles algún electrón. De este modo comienza una reacción en cadena que destruye nuestras células.

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