¿Se
han preguntado alguna vez cómo el ser humano, siendo una especie tan
frágil, ha conseguido llegar hasta nuestros días viviendo en un medio
tan hostil como el que le ofrece el planeta que habita?
El
ser humano, al igual que el resto de los animales no ha evolucionado
para perecer sino para sobrevivir a pesar de las adversidades que le
presenta el medio en el cual se desarrolla.
La
naturaleza de la cual es parte le provee los medios necesarios para la
supervivencia alimentándolo y brindándole elementos con los cuales
curarse de los daños que la vida en el mundo le ocasiona: heridas,
picaduras, mordeduras, quebraduras, quemaduras, ataques de virus,
bacterias, envenenamientos, etc.
Los
humanos primitivos al igual que los animales instintivamente sabían
reconocer estos elementos curativos. A medida que se ha ido alejando de
la naturaleza, el ser humano ha perdido este instinto que los animales
aún conservan: habrán visto a un gato comer pasto para curar un vómito o
a un perro abstenerse totalmente de alimentos durante uno ó dos días
para curarse de algún mal; también los habrán visto lamerse las heridas
(la saliva es muy antiséptica) o a un cerdo meter la barriga en el lodo
después de una comida abundante. Se sabe también que cuando un animal
tiene una herida o una quebradura mete la parte dañada en barro.
¿Por
qué se duda entonces del poder curativo de los elementos de la
naturaleza si es gracias a ellos que hemos sobrevivido hasta nuestros
días?
Los
laboratorios farmacéuticos conocedores del asunto pero astutos en
guardar el secreto, salen en busca de nuevos medicamentos adentrándose
en lugares remotos tales como el amazonas donde todavía subsisten
pueblos que viven primitivamente para obtener de ellos información
acerca de las plantas medicinales de ese lugar. Les roban los
conocimientos, vuelven a sus fábricas de drogas, extraen el principio
activo de esas plantas y luego los venden como una creación propia. A
sus dueños ni el crédito ni las gracias.
Los
médicos a su vez, negadores por excelencia, no sólo no nos ayudan a
mantener la salud con medios naturales sino que pondrán en nuestro
camino cuanto obstáculo encuentren a mano para impedirnos obtener una
curación barata y natural.
Claro
está que según la gravedad del mal se debe decidir si recurrir al
médico ó intentar la cura por medios naturales. Los conocimientos que
la Medicina Alopática Occidental ha obtenido del cuerpo y las
enfermedades le han permitido desarrollar terapias, medicamentos y
vacunas muy valiosas. Aquí no se pone en duda su alto grado de
desarrollo ni su importancia para el cuidado de la salud. Lo que se
cuestiona es la necesidad de tratamientos muy invasivos y con efectos
secundarios dañinos para la curación de males sencillos y fáciles de
tratar naturalmente.
En el Vademecum Holístico Naturista encontrarán curas para distintas dolencias haciendo uso de plantas medicinales, cataplasmas y todo lo indicado en cada caso.